Los datos personales, moneda de cambio en Internet
Es curioso comprobar cómo en Internet proliferan infinidad de servicios gratuitos que aprovechamos para comunicarnos, buscar información, aportar ideas e incluso exponer nuestras fotos o videos. Y todo esto sin desembolsar ni un euro.
Pero no nos engañemos, el mantenimiento y gestión de esos servicios tienen unos costes elevados, gran cantidad de recursos técnicos y humanos que trabajan en el nuevo modelo de negocio que supone Internet, el cual ofrece a estas empresas el don de la ubicuidad y de la atemporalidad. Imagínese un negocio abierto 24 horas al día y en cualquier parte del mundo.
Todo lo anterior legitima a estas empresas de servicios de internet a mercadear con nuestros datos personales, los cuales son el único pago que hacemos por los servicios que nos ofrecen. Nuestros datos personales los aportamos en el registro de cualquier servicio de Internet y acto seguido aceptamos unas condiciones de uso de dicho servicio que les autoriza a utilizar nuestros datos y a distribuirlos a terceros.
Ahí queridos internautas, es donde estamos realizando el pago por el servicio, así que no se extrañe si un día le llega a su cuenta de correo o su buzón personal un aluvión de publicidad nunca jamás solicitada por usted.