Cómo proteger a nuestros hijos de los peligros de Internet
A día de hoy fácilmente podemos encontrar en la red cualquier cosa que estemos buscando, siendo esto algo muy ventajoso, pero que a su vez puede implicar correr riesgos. Por Internet navegan todo tipo de personas, desde mayores a pequeños, lo que puede suponer que aquellos colectivos más indefensos como los menores, se vean expuestos a determinadas amenazas de las que ellos no son conscientes.
Desde aquí, queremos presentar una serie de consejos que pueden ser útiles para proteger a los más pequeños de la casa de algunos de los peligros de Internet.
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Uso que hacen de las redes sociales. Las redes sociales son una poderosa herramienta comunicativa, un lugar que sirve de punto de encuentro para muchos menores. Ahí publican información personal, accesible para muchas de las personas que al igual que ellos se encuentran registradas en esa red. Estar al tanto de que comparten y que uso hacen de ellas es algo que debemos tener presente así como enseñarles a usarlas de forma responsable. Facebook o Twitter son algunas de las más conocidas, y seguro que hemos oído hablar de ellas, pero hay muchas más, así que “al loro” con aquellas que no son tan populares.
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Detectar un posible caso de ‘Ciberacoso’. Las nuevas tecnologías reportan muchos beneficios a nuestra vida cotidiana, pero como con otras herramientas, hay personas que las utilizan con fines negativos. Uno de esos fines puede ser el ‘ciberacoso’, una tendencia que lamentablemente ha aumentado en los últimos tiempos. Detectar a tiempo un caso de ‘ciberacoso’ puede evitar muchos problemas, así que si detectamos algún síntoma extraño en el menor que apunte a ello, conviene actuar cuanto antes. Síntomas como miedo a ir a clase, desmotivación, pérdida de apetito o aislamiento pueden ser algunos ejemplos. A día de hoy, para muchos padres y docentes detectar este tipo de casos se ha convertido en todo un desafío. Si desconocemos cómo actuar ante ello, siempre podemos acudir a profesionales que nos ayuden.
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Aprender a cuidar su privacidad. Compartir fotos, experiencias u otros datos con amigos o conocidos es algo común en Internet. Esto les ayuda a ser “más sociales” favoreciendo a que se relacionen con otras personas. Pero hay que tener cuidado con qué se comparte. Muchas veces tienden a dar más información de la debida, compartiendo incluso aquellas cosas más personales. Hay que hacerles entender que compartir cosas en la red es relativamente sencillo, pero hacerlas desaparecer por completo es una tarea casi imposible. Siempre queda algún rastro, así que si algo no queremos que se sepa, mejor no mostrarlo, y más teniendo en cuenta que esa información puede ser vista por cualquier persona que pulule por la red.
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Enseñarles a navegar por la red. Esto es algo esencial. Con el paso de los años consultar una enciclopedia o ir a la biblioteca para hacer un trabajo del colegio es algo que ha quedado de lado con la llegada de Internet a la mayoría de los hogares. Internet es ahora mismo la mayor fuente de información consultada por los menores, así que es esencial enseñarles a navegar de manera adecuada. Que aprendan a realizar búsquedas eficaces o que visiten webs de confianza es alguna de las cosas que deben saber. Navegar por Internet conlleva riesgos para cualquiera, pero para un menor al que no han enseñado a navegar correctamente puede serlo aún más, convirtiéndose en una víctima potencial para delincuentes cibernéticos.
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Cuidado con las webs maliciosas. Muy relacionado al punto anterior. En Internet hay millones de páginas web y no todas son seguras aunque algunas lo parezcan. Muchas de las webs maliciosas dan al ojo por su apariencia, ya que están cargadas de anuncios extraños o de enlaces tipo “pincha aquí para descargar gratis”. Pero hay otras que están más trabajadas y que a simple vista parecen seguras. Cuidado con estas últimas sobre todo. Suplantar una web haciendo una copia idéntica de la original es una tendencia común para hackers y ciberdelincuentes. Un truco para identificar un sitio web seguro, es mirar la barra de nuestro navegador web y ver el icono del candado y la etiqueta ‘https://’ en la dirección web.
Llegados a este punto podemos sacar muchas conclusiones. En Internet nadie está libre de riesgos, pero como en otras muchas cosas, hay colectivos que son más vulnerables que otros.
Y en la red, los más vulnerables son los menores, así que desde aquí, esperamos que estos consejos sirvan de ayuda para protegerles.